Una vez más ella tiene razón: "el esfuerzo". Los instantes son importantes. Hay instantes que deberían durar para toda la vida (y perviven en la memoria, pero no es lo mismo…). Como el momento de escuchar my way en el césped a las sombra con un par de amigos. Todo lo que puede pasar por mi cabeza en ese instante no tiene precio. La buena música debería congelarse para siempre pero ¿si durara eternamente, seguiría produciendo el mismo efecto, teniendo el mismo valor? "lo bueno si breve dos veces bueno”. Saborear una canción. Escucharla detenidamente con consciencia de cada segundo que pasa, cada nota. La música despierta sueños, emociones, los sentimientos más ocultos, es vida. Una película de miedo sin música no da miedo. Del mismo modo ocurre con las personas. A veces al estar con alguien desearías parar el tiempo. Sólo su presencia basta. No hace falta hablar. Silencio. Ese silencio infinito que de pronto se rompe. Un silencio vacío de palabras pero no de sentimientos. El silencio de la felicidad. Un silencio sonoro de palpitaciones silenciosas. (Yo tiendo a cagarla. Hablo demasiado). Como diría Joss el espacio fluye en ese instante. El saborear esos minutos con alguien tan afín ti... es inexplicable. Es como si se generase un espacio y ese espacio es acojonante. (“De ahí sale un proyecto”). Para explicar ese silencio habría que compararlo como cuando te sientas a contemplar el campo. Los olivos, el trigo, los conejos, el sol, mientras escuchas algo de música (o no), o simplemente el silencio, los insectos, las hojas, la hierba, el viento y el olor a campo. O como cuando vas en barco y observas el mar o el desierto. Estar en Edfú al atardecer y que apaguen las luces. Medir. Comprobar que el espacio entre columnas es una relación áurea. Es acojonante lo que se puede aprender de una civilación tan antigua y sin embargo tan superior. Hallarse entre los inmensos muros de un pequeño patio, el ocaso, la llamada a oración, silencio sobrecogedor solo roto por el imán. Indescriptible. Emocionante. Hallarse en Gizeh, habiendo cada uno escogido su lugar. Contemplar la inmensidad de Keops, de Kefrén, de Mykerinos, del desierto, de la ciudad lejana (no tanto). Debería durar para siempre ese instante vivido en silencio. Perderse por Madrid(en especial Malasaña) en silencio. ¿Para qué más? Instantes mudos que llenan de alegría, felicidad o por lo menos un placer intenso. Una foto es un instante congelado, de ahí la importancia de un buen encuadre. Sin embargo no veo la necesidad de salir guapo, la esencia es la naturalidad del momento. Fotografiar es saber captar ese instante. La magia del momento. Ese rayo de luz que de pronto atraviesa el patio. Recuerdos… “Cuando de verdad te entregas a algo o a alguien, eso te devuelve la vida y sólo por eso merece la pena vivir.”Alberto Morell. Gracias.
Will Alsop es un arquitecto modernista inglés caracterizado por el uso del color en sus construcciones. Antes de proyectar forra una pared con papel y se dedica a dar brochazos. De ahí salen sus proyectos.
Recomendación de Enrique para ver las salidas que tiene mi "mundo interior".